viernes, 12 de junio de 2020

Para la espera - Silvio Rodríguez (álbum del 2020)


Para la Espera
"Para la espera" es simplemente una frase que extraje de la canción Danzón para la espera, y que tiene que ver con el presente, nada más. Esa sencillez es la explicación.

En general, el disco está hecho de canciones que, aunque haya sentimientos afines, son muy distintas entre sí, y eso es algo que me complace. Eso y que no hay violencia. Son canciones introspectivas, suavecitas; aunque nunca me gustaron las canciones bonitas. Esas que son así, melódicas... No las persigo, ni las odio tampoco, pero desconfío un poco de lo bonito, por principio.
En el disco también hay canciones un poco raras, y hay hasta algo lúdico. La portada la diseñé yo, con una fotografía de Daniel Mordzinski y tampoco tiene ningún significado especial. Los pies están ahí porque no me cupieron abajo. Existen cosas que parecen muy bien pensadas, que en realidad son accidentales.

Yo no me propuse hacerlo, son canciones que han nacido tomando nota en el estudio, como ensayos que yo hago, y estos eran los temas que tenía grabados y más terminados como concepto.

Para la espera está dedicado a siete amigos que murieron entre marzo y abril de 2020, a distintas edades, por distintas razones y en distintos lugares del planeta: Tupac Pinilla, Juan Padrón, el propio Luis Eduardo Aute, César López, Luis Sepúlveda, Marcos Mundstock y Óscar Chávez. “Excelentes creadores que el mundo ha perdido”, describe en la nota del disco.

Ha sido tremendo. Y todos así: uno detrás del otro, los dos últimos meses. Tupac y Padroncito, los primeros en partir, fueron inmensos para mí. Tupac además era mi editor, una mente brillante, y Padroncito era mi amigo desde principios de los 60, en los tiempos del semanario Mella. César López, un referente de nuestra poesía y patriotismo; Luís Sepúlveda, un gran escritor y una persona maravillosa; Marcos Mundstock, un imprescindible de ese monumento a la inteligencia que es Les Luthiers; Óscar Chávez, un juglar mexicano, compañero de tantas buenas causas”.

El disco es anterior, pero sí tiene que ver con la muerte. No es que sea el tema central, pero por ahí pasa... de vez en cuando.

  • La Adivinanza (Diciembre de 2014)
A veces uno no sabe bien de dónde salen las canciones. Creo que esta es de una foto. Siempre que la canto, esa foto es lo que veo

Y quedó esa imagen donde Tito, una persona maravillosa, les tiene las manos puestas así –dice Silvio cruzando las suyas. Quedó esa cara de los niños...

Adivina en qué mano
yo traigo el amor
y te ganas el premio mayor.
Adivina, adivina,
adivinador,
y te doy un boleto de sol.

Adivina qué traigo en la diestra,
y en su hermana adivina qué hay.
Yo te juro que amor,
y encontrarlo será
siempre
la adivinanza final.

Adivina en qué ola
se esconde mi pez,
adivina por última vez.
Adivina en qué nube
mi pájaro va
y adivina si al fin cantará.

Adivina qué traigo en la diestra,
y en su hermana adivina qué hay.
Yo te juro que amor,
y encontrarlo será
siempre
la adivinanza final.

Adivina en qué mano
yo traigo el amor
y te ganas el premio mayor.


  • Aunque no quiero, veo que me alejo (Abril de 2014)
Es una canción medio esotérica; es un tipo que se muere y le deja un mensaje a la amada en el espejo.

Aunque no quiero, veo que me alejo
y, para que no olvides que te tuve,
te dejaré un mensaje en el espejo
y la posdata
dibujada en una nube.

Anoche me seguían los demonios
y no quise llevarlos a tu puerta.
Saliendo el sol, logré burlar sus odios
y no me voy
hasta que no te vea despierta.

Seré un susurro cuando te levantes,
sombra apenas sobre la luna fría.
Dos palabras verás sólo un instante,
pero sin dudas
sabrás que fueron mías.

Perdona que no me haya contenido
y que haya violado estos umbrales,
para dejarte aliento desvaído
por sentimientos
que yo te juré inmortales.


  • Conteo atrás (Julio de 2016)
Conteo atrás es la historia sobre alguien que debía coger un tren y se le fue, "lleno de gente más puntual".
"Llegó tarde, pero no se quiere excusar". Pretende ser una especie de 'No me justifico'. 'No quiero exceso de bondad'... No quiero que sean blandos conmigo cuando me juzguen".

Es una metáfora de muchas cosas, tanto personales como colectivas. Pero lo que repito en esta canción es la necesidad, la voluntad de aprender y de ser autocrítico en cualquier circunstancia adversa, sea momentánea o trascendente; por eso dice y repite el compromiso de no equivocarse al día siguiente, aunque con esto no pretende justificarse ni un exceso de bondad al hacer (el) conteo atrás. Es algo que le puede haber pasado a cualquiera.

Ayer y hoy se fue mi tren,
lleno de gente más puntual,
y otra vez no podré llegar.

Lo escribo aquí, como señal:
no quiero exceso de bondad
al hacer mi conteo atrás.

No es verdad que me cansé:
sólo un poco me perdí,
pero cuando vine a ver
ya no estaba allí.

Hoy, como ayer, llamé al hogar
para decir una vez más
que otra vez no podré llegar.

Mañana lo haré mejor,
mañana madrugaré.
Tengo clara la lección,
no la olvidaré.

Lo escribo aquí, como señal:
no quiero exceso de bondad
al hacer mi conteo atrás.


  • Noche sin fin y mar (Julio de 2017)
Noche sin fin y mar, escrita en 2017, está dedicada a Luis Eduardo Aute. “Yo estaba tocando su guitarra porque Miguel, su hijo, la llevaba al hospital para tocarle mientras estuvo en coma. Cuando llegué con el Dr. Calixto Machado, neurólogo cubano que fue decisivo en su recuperación, me puse a cantarle ‘Noche sin fin y mar’, y en ese momento despertó”.

Desde la noche sin fin
baja una estrella hasta el mar
—luz que se quiere dormir
en la fresca oscuridad—.

Quién pudiera conocer
todo lo que ve la luz:
los universos de ayer,
los mañanas del azul.

Noche sin fin, sin fin,
sin fin y mar,
para soñar,
soñar la estrella.
Quién estuviera allí,
viéndote reposar,
saber tu sueño y
cantarlo.
Noche sin fin,
sin fin y mar.

En el lomo de un delfín,
quiero invitar a jugar
a esa luz que va a dormir
en la frescura del mar.

Porque yo quiero saber
todo lo que sabes tú:
los universos de ayer,
los mañanas del azul.

Noche sin fin, sin fin,
sin fin y mar,
para soñar,
soñar la estrella.
Quién estuviera allí,
viéndote reposar,
saber tu sueño y
cantarlo.
Noche sin fin,
sin fin y mar.

  • Viene la cosa (17 de noviembre de 2016)
Es algo que está ahí, pendiendo. Yo no quisiera que llegara. Ojalá nunca llegue; pero por momentos parece que viniera. “La cosa” que reescribe el pasado.

De cierta manera el pasado constantemente lo escriben y lo reescriben, pero siempre hay una versión que se impone, la noción de lo que se acepta y se divulga del pasado. "La cosa" te va a querer convencer acerca de dónde viniste, y a lo mejor no fue de ahí sino de otro lado. El problema es ese: que te pongan un pasado que no era el tuyo, que no es el que te tocaba sino el que te va a querer poner "la cosa".

Viene la cosa,
viene la cosa fea;
viene la cosa,
como mano de brea.
Su inquietante nariz
parece un caracol,
y su talante gris
le pone rabo al sol.
Viene, viene la cosa
y la canción de amor
solloza.

Viene la cosa,
aunque no te lo creas;
viene la cosa
como viento y marea.
Viene más que la luz,
viene para acabar;
por eso el avestruz
no tiene ya lugar:
porque la cosa viene
y la mentira no es
quien la detiene.

Viene la cosa, por más
que sea injusta y ofenda;
viene la cosa a exhibir
desparpajo total;
viene la cosa invocando
lo que le convenga,
porque ha pasado de moda
la noble moral.

Viene la cosa,
viene por todos lados;
viene la cosa
rescribiendo el pasado.
Pero, a falta de dios,
doy pecho al huracán
y saco bien la voz
y al pan le digo pan.
Porque viene una cosa
que sólo la sinceridad
destroza.

  • Jugábamos a Dios (Marzo de 2010)
La hice para Afinidades, una película de Pichy [Jorge Perugorría] y Vladimir Cruz sobre la corrupción. Entonces yo quise compensar ese tema con algo de la inocencia original, de que llegamos a esto pero antes fuimos de otra manera, tuvimos otro pasado.

Jugábamos a Dios
con tiza, pizarrón y escuela,
cuando era ganador
el barco de más alta vela.

Jugábamos a Dios,
sin reparar en ser felices.
Saltábamos al sol,
sin tiempo para cicatrices.

Sin horas
ni lujos,
pelotas,
bromas y dibujos.

Gigantes,
divinos,
al aire
y además con trino.

Ahora que se fue
el tiempo bienaventurado,
te invito a conocer
de nuevo un corazón alado.

Modesto, gastado,
que al verte ha recordado ser
un dios enamorado.

  • Si Lucifer volviera al paraíso (Febrero de 2013)
A mí siempre me fascinó esa historia de que Lucifer había sido un ángel. Tú me dices que lo más malo que hay... había sido un ángel, ¡¿fue ángel?! (...)
Descubrir que el símbolo del mal, Lucifer (portador de la luz), fue primero uno de los arcángeles de Dios; esto, y el hecho de que después adoptara el nombre de Satán (oponente o adversario), me hizo pensar que este tema crucial de la cultura cristiana –que en diversos sentidos heredamos– viene de una diferencia de opiniones, de un hijo que se rebela a los preceptos paternos, de un hecho generacional. Ese es un tema, que no se detiene ahí, porque continúa con la posibilidad de que el supuesto diablo de tiempos gloriosos ya no sea tal sino más bien “un pobre diablo” del que algunos hacen mofa. Pasa en la vida en muy diferentes direcciones, sobre todo a quienes tienen la costumbre de alardear (de lo que sea).

El ángel más hermoso y consentido
fue desterrado, por contradecir.
Y, desde entonces, a todos los nacidos
se nos suele juzgar por discutir.

Si Lucifer volviera al Paraíso,
si fuera perdonado por la ley
por todo lo que dijo y lo que hizo,
sólo fuera uno más de nuestra grey.

Lo pincharía el indiscreto,
lo escrutaría la impiedad
y, sin tridente ni respeto,
sería monda humanidad.

Donde iban cuernos, poco pelo;
donde iba cola, un remendón.
En vez de azufre, caramelo,
y en el pecho un corazón.

Si Lucifer volviera al Paraíso.

Nunca se supo bien de lo ocurrido
—misterios del altísimo nivel—:
sólo que había desobedecido
y se ganó el abismo por infiel.

Allí la esplendidez de sus dos alas
se remangó de sombra y de fogón,
y todas sus virtudes fueron vanas
y toda su verdad tribulación.

Por eso es pasto de indiscretos,
por eso es blanco de impiedad;
pues, sin tridente ni respeto,
ya es lironda humanidad.

Donde iban cuernos, poco pelo;
donde iba cola, un remendón.
En vez de azufre, caramelo,
y en el pecho un corazón.

Si Lucifer volviera al Paraíso.

  • Una sombra (Septiembre de 2016)
Una sombra
una sombra imperceptible al mediodía
Una sombra
una sombra que jamás lo parecía

Una sombra que era sol
una sombra que creció
es la sombra que hoy sorprendo
devorándome el amor

Una sombra
una sola
que no vi.

  • Los Aliviadores (Junio de 2015)
Algo lúdico como Los aliviadores, que es una canción familiar para mi hija Malva y mi nieto Diego. Ellos nacieron al mismo tiempo y se criaron con una relación más de hermanos que de tía y sobrino. Siempre pensé que el doctor Schweitzer, de quien se decía que caminaba mucho como médico misionero en África, debió tener unos dolores de pies y de espalda terribles, y juego con eso en la canción”.

El Doctor Schweitzer caminó por toda el África,
curando a los enfermos sin perder el ánimo.
Anduvo por montañas, selvas y llanuras,
a pesar de padecer de las espaldas y los pies.

Y, mientras se entregaba a su tarea heroica,
a veces preguntaba si alguien conocía
a un masajista buena gente
que le aliviara su insistente dolor
de espaldas y de pies.

Nadie conocía
todavía
a Malva y Diego,
los aliviadores
de dolores
en los dedos.

Nadie conocía
todavía
a Diego y Malva,
los aliviadores
de dolores
en la espalda.

Los aliviadores,
los aliviadores,
los aliviadores de dolores,
los aliviadores.

  • Modo frigio (Marzo de 2018)
Hay canciones que sueño. Y cuando la estaba escribiendo me pareció que podía haber sido una canción de Alberto Cortez. Estuve esperando a verlo para mostrársela pero no me dio tiempo, de pronto se había ido.

Estamos siempre buscando verdades. Tampoco soy un obseso de la verdad, me basta que haya algunas verdades básicas, que son útiles. La solidaridad es una verdad, ser capaz de ponerte al lado del otro. La compasión, que nos hace verdaderamente humanos. Pero la verdad se parece a lo que escribió Eduardo Galeano sobre la utopía, citando a Fernando Birri: sirve para caminar. La verdad es ir, es caminar, la intranquilidad, no conformarse. En Cuba no somos nada perfectos, y uno de nuestros grandes problemas fue la idea de "ya llegamos". Para algunos ahora lo único que hay que hacer es defender el poder. Ha sido espantoso porque nos ha enquistado. Todo lo que cristaliza es muerte.

A la memoria de Alberto Cortez
Una vez una vez
una vez conocí
una flor una flor
una flor carmesí

y pensé y pensé
y pensé ¿cuál será
su absoluta profunda
y rotunda verdad?

Una vez una vez que te vi
fui prendado prendado de ti
y nació y nació la virtud
del amor del amor
como buena salud.

Sin embargo, otra vez
otra vez un dolor
fue mayor fue mayor
fue mayor que el amor.

Y pensé y pensé
y pensé ¿cuál será
su absoluta, profunda
y rotunda verdad?

Una vez una vez pareció
que lo adverso era el uno, no el dos.
Una vez que la pena te da
hasta la flor más bella
parece quizás.

Tic y tac, tic y tac
tic y tac del reloj
hombrecito latiendo
al compás de su dios.

Tic y tac, tic y tac
de la flor y el jardín
tic y tac de una historia
que no tiene fin.

Dando abrazos y besos me voy
regresando a la cuna de hoy
preguntándome aún cuál será
la absoluta profunda
y rotunda verdad.

Una vez una vez
o quizá fueron dos
las verdades las rosas
las fiebres en pos.

Una vez y otra vez
una vez y otra vez
y si sigo… seguro
serán más de diez.

  • Danzón para la espera (Julio de 2015)
Es una de esas canciones que uno empieza a hacer, pero se demora en ella, y luego por lo que la empezó ya pierde sentido. Empecé a hacerla cuando los Cinco todavía estaban presos. Yo quería hacer una canción sobre eso; pero a veces a esos temas tan obviamente políticos es difícil acercarse de una manera que no sea... vulgar. Pero siempre le quedó esa aureola de esperanza; así que la retomé ahora con lo que estamos viviendo y el hecho de que todo el mundo esté esperando y esperando.

Un recuerdo para la distancia
un cinquillo en un salón binario
un abrazo que se fue
un artículo de fe
y un danzón para los solitarios

Un amor para decir te espero
una piel donde aprender fragancia
un azul para volver
un sinsonte para ser
y un danzón para bailar el ansia

Un danzón para esperar el alba
un fulgor donde empezar de cero
un relámpago inicial
una gota en el cristal
y una música del aguacero

Se va el danzón
se va el danzón
se va el danzón
cuando del monte
baja un son

Para decir te espero
para aprender fragancia
para empezar de cero
en la distancia

Se va el danzón
se va el danzón
se va el danzón
cuando del monte
baja un son

Para los solitarios
y para la esperanza
hay un salón binario
y danza y danza

Se va el danzón
se va el danzón
se va el danzón
cuando del monte
baja un son

  • Después de vivir (Julio de 2015)
Después de vivir es de esas canciones misteriosas... misteriosa hasta para mí, porque habla de después de vivir. Se me ocurrió un día y lo grabé: eso de que hubiera un tiempo entre salir de la vida y entrar en la muerte.

Después de vivir me queda una hora,
antes de darme al sueño.
Después de vivir me quedo a solas,
sin brújula y sin puerto.

Después de vivir me queda un rescoldo
donde escoger recuerdos:
separo el arroz de paja y polvo,
amparo mi alimento.

Allí confirmo lo que hay que salvar.
Por ejemplo, lo que sé:
mi buena suerte para encontrar
de todo, incluso lo que no fue.

Guardo mi fotografía familiar,
guardo mis gafas de sol;
papel y lápiz, para anotar
lo que se ofrezca como canción.

Después de vivir, a veces encuentro
lo que en mis ojos tuve
y no distinguí, por ir envuelto
de más sombras que luces.

Después de vivir me queda una hora,
antes de darme al sueño.
Después de vivir y estar a solas,
sin brújula y sin puerto.

  • Página Final. ( Instrumental)



  1. La adivinanza
  2. Aunque no quiero, veo que me alejo
  3. Conteo atrás
  4. Noche sin fin y mar
  5. Viene la cosa
  6. Jugábamos a Dios
  7. Si Lucifer volviera al paraíso
  8. Una sombra
  9. Los aliviadores
  10. Modo Frigio (tema soñado)
  11. Danzón para la espera
  12. Después de vivir
  13. Página final (Instrumental)

Tomado de la entrevista realizada por Mónica Rivero a Silvio Rodríguez, publicado en el blog Segunda Cita en fecha 11 de junio de 2020.




Para todos los troperos, silviófilos, segundaciteros y todo aquel que sienta afinidad por la extensa y maravillosa obra del Aprendiz.